¿Cuánto nos condicionan los Modelos Mentales?

La construcción del modelo mental de un sujeto comienza en los primeros meses de vida. El psiquismo humano se estructura fundamentalmente en base al lenguaje. Aún antes de nacer, un bebé humano “es dicho” por el otro, se habla de él como si ya existiera en el mundo, cuando por el momento, su presencia sólo habita la fantasía de sus padres.
Estos ya desean para él todas las virtudes que su imaginación y los propios valores e ideales puedan proveer.

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Un niño entonces, se podría decir que nace en un espacio hecho por el otro y cargado de ilusiones y expectativas no propias. Mas adelante esto será factible de revertir de manera que pueda elegir mas allá del condicionamiento de sus padres, inclusive del medio social donde le ha tocado nacer.

De esta manera comenzamos nuestra prehistoria en “una existencia sin cuerpo”, comenzamos en la imaginación de otros.

Cuando por fin nacemos, nuestra tarea consiste en escribir día a día y estímulo a estímulo nuestras marcas de la memoria, nuestras huellas mnémicas: la psiquis. Ha comenzado lo singular.

También la cultura en la que aparecemos inmersos (oriental, occidental, país, estrato social) aporta lo suyo, nuestra familia adopta las prácticas sociales, la lengua, la religión, las costumbres de la sociedad en la cual vamos a crecer y desarrollarnos e instaura nuestros Ideales. Por otro lado, nuestra biología nos enmarca en la especie que somos, jamás por ejemplo tendremos desarrollado el olfato cómo el perro, ni seremos veloces cómo el caballo, presos de nuestra información genética, debemos permanecer admirando el vuelo de las aves sin poder imitarlo, pero cómo especie humana nos aguardan otros destinos.

Las experiencias vividas en los primeros años, donde tenemos una casi absoluta dependencia de otros humanos que con su asistencia nos convierten en semejantes, van dejando marca y cómo se dijo antes, forman el entramado psíquico de una forma peculiar.

Los estímulos bajo la forma de la percepción se incorporan a nuestro rudimentario aparato psíquico, van dejando huellas y estas se articulan entre sí .de acuerdo a diferentes lógicas, lógica de simultaneidad, lógica de causalidad, etc.
Lo curioso es que el material mnémico se estratifica y es susceptible de cambios de manera tal que tiene un compromiso dinámico en su actuación, esta es una de las características más importantes. La memoria no es estática, es dinámica. Se estratifica y es susceptible de movimiento. En sus movimientos sufre varias traducciones. ¿Qué se quiere decir finalmente con esto? .Que las percepciones nunca son las originales, esas, quedan perdidas, por los procesos que sufren, entonces los recuerdos son interpretaciones, nunca realidades, las percepciones mismas llegan con el primer movimiento, con la primera articulación a transformarse en interpretaciones.

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Lo que llamamos mundo objetivo entonces es una mera ilusión. Cualquier observación que hagamos sufre infinitos tamices, nos confiere la limitación de lo humano., aunque posibilite artes tan maravillosos como la literatura, por ejemplo.

El primer material, las primeras huellas de la memoria van constituyendo nuestro inconsciente, dado que mas adelante ese material pasa a ser aparentemente “olvidado” no es susceptible de conciencia. Aunque tratemos de evocar con nuestra atención los recuerdos arcaicos, estos escapan a nuestra conciencia, pero… sin embargo no están perdidos, tienen la potencialidad de dar el sustrato para la formación de conflictos inconscientes capaces esta vez sí de aparecer en la conducta, bajo la forma de síntomas.

¿Por qué se formarían estos conflictos en el inconsciente? Supongamos que un niño pequeño interpreta la conducta de su madre como amorosa y frustrante a la vez, pasará entonces del amor al odio hacia su persona. Pero si en su conciencia no puede soportar esta ambigüedad, si no puede manejar estos dos polos (los niños pequeños no pueden) entonces el conflicto subyacerá en lo inconsciente y aparecerán en la conducta alteraciones de carácter, pero será incapaz de verbalizar el conflicto, que es lo que mediante una terapia puede lograrse: que el conflicto se haga explicito y se logre hablar de ese amor- odio hacia su madre y no aparezca en forma de actuación en lo cotidiano.

Estos conflictos inconscientes pueden permanecer por años ejerciendo su influencia sobre el carácter de una persona y mermar su potencialidad intelectual, laboral, y afectiva.

Daré un ejemplo: Consulta una persona por su inestabilidad profesional, relata sus dificultades en la empresa, cuando se sigue indagando, específica que es con una jefa. En el transcurso de su tratamiento puede esclarecerse que cada vez que se encuentra bajo la jefatura de una mujer, invariablemente, se desata el conflicto, surgen problemas iniciados por la paciente, que no son más que una réplica en la actualidad, del antagonismo que le producía una madre vivida como tiránica.
Los fantasmas armados por conflictos crónicos tienen la fuerza de reinterpretación de la propia historia y logran imponer un diseño sufr

iente de la propia vida sin que la persona se percate de ello, sólo ve su malestar sin comprenderlo ni soltarlo. En el mejor de los casos, acude a la consulta.

El psiquismo humano va construyéndose entonces en el día a día y en permanente relación con el de nuestros progenitores o sustitutos. Es necesario que todas las operaciones psíquicas necesarias puedan ser realizadas y marquen hitos, para poder hablar de psiquismos libres de patologías. Me refiero a instancias como el Súper Yo por ejemplo, que se instalaría como posterior a la resolución edípica y posibilita que un sujeto tenga prohibiciones internalizadas, queriendo decir con esto que es una persona capaz de aceptar los límites sin tener que ser controlada permanentemente por los límites externos, la ley, por ejemplo.

Si esto no sucediera, si estamos ante una persona incapaz de aceptar las reglas, nos encontraríamos con patologías capaces de conductas antisociales que operarían como generadores de dificultades en las organizaciones. Una de las características de las personas capaces de conformar un equipo de alto desempeño es su aceptación de los límites que deviene en consideración hacia sus compañeros. Se podría decir y esto es mi opinión personal, que la salud mental de un sujeto puede observarse por el conocimiento de los límites y su valoración hacia ellos. Del conocimiento de los mismos se extrae también la responsabilidad necesaria para posibilitar con eficiencia la coordinación de acciones. Quisiera a aclarar que cuando hablo de límites estoy hablando de poseer un conocimiento equilibrado entre los deberes y derechos capaces de procurar conductas solidarias, que potencian el clima emocional. Allí es cuando vemos que un grupo es capaz de entusiasmarse por la sola idea de trabajar juntos y avanzar sin dificultades tras la misión establecida.

Lic. Teresa Benedetti
Master en Coaching Organizacional Universidad del Salvador

Directora de Náutica Coaching

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